26 de agosto de 2014

Para cometer errores está el invierno.

Escucho Sabina cuando es de noche y me acuerdo de lo mucho que gasto en quererte.
Quiere cantarme al oído que ya no soy tu mejor caída, ni tu mejor vicio, que has decidido embarcarte en otro vuelo que no sea el de mi falda.
Ojalá el mundo con sus guerras parase sólo por un segundo, que políticos dejasen de engañarnos con lo absurdo.
Ojalá pudiera hacerte cosquillas por un rato y convertirte en ese gato que tiene siete vidas para que así te transformases en un sensato que me pide volverme loca por un rato.
"Olvídate del mundo", pareces decirme mientras tanto.

El mundo ya se puede parar que yo seguiré bailando. 
Siete vidas son muy pocas para quien comete tantos errores, y a lo lejos suenan los tambores de mi pecho, cada vez que tú me tocas, me miras, me acurrucas en tus brazos. Te juro que suena un redoble entre mis costillas.
"No quiero que me rompan de nuevo", me dice el corazón asustado.
"Inténtalo de nuevo", le suplico mientras elevo la mirada a tus labios.
Es de noche y suena Sabina, suena mi sangre bombeada desde mi pecho, suena mi cabeza pidiéndome más cuidado, suena el tacto de tus manos haciendo de mi piel su pista de aterrizaje, y se me olvida todo con tu chantaje de boca.
Alguien me dijo que los amores de invierno son los mejores errores y dicen que el tiempo todo lo cura, pero con esa locura de labios, ¿cómo quieres que me centre?
Al final, entre copa y copa se nos acabará el invierno, y llegará junio con su liderazgo.
El invierno nos trajo la locura, el verano nos traerá la cura que acabe con las alturas a las que tú me llevaste al besarme.
Tú eres el que mejor sabes que siempre habrá miedos de más y besos de menos.
Millones de eneros reducidos al frío y besos en tu boca sin ser ninguno mío.
Siempre habrá inviernos para cometer errores, veranos para llorarlos. Noches de amores y copa,
en las que alguna loca te convierta en cuerdo, muerdo el polvo si es por ti, pero no te olvides que pienso comerme el mundo aunque tú no estés aquí cuando sea verano.
Y si llega el frío antes de hora, acuérdate de que ahora, ya no tendrás quien te cante Sabina por la noche, ni quien te coma la vida a versos, quien te componga a besos los mejores poemas.
Acuérdate de mí dentro de un tiempo, de la historia de dos personas que se enamoraron e intentaron poner su mundo en pie y buscar sentido al desastre, una única noche de invierno.

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