La universidad no es como la pintan, ni mucho menos.
No es el sitio fantástico en el que todo el mundo es feliz con lo que estudia, ni es donde más a gusto estás, ni nada por el estilo.
En la universidad todo el mundo pasa por encima de ti. Nadie se preocupa por el que tiene al lado. Ni siquiera hay un poco de apoyo entre los propios compañeros de clase.
Llevo poco en la universidad, si, exactamente llevo 4 meses en ella, pero sólo ese tiempo (o incluso menos) me ha bastado para darme cuenta de que no me gusta. No me gusta la forma de evaluar ni de asignarte en una carrera u otra, ni que los profesores estén tan protegidos que puedan pisotearte y tu no puedas defenderte...
La vida universitaria tiene sus contras, pero también tiene unos pros considerables: conoces a gente maravillosa que serán tus amigos durante toda la vida, (en mi caso) te independizas y vives a tus aires sin que nadie te diga lo que tienes que hacer, aprendes a hacer cosas por ti mismo, acudes a fiestas monumentales...
Pero le sigo viendo más contras al asunto. No me gusta estar lejos de mi familia (y eso que vivo a tan solo 45 min de ellos), tampoco me gusta la soledad que se siente en momentos clave, ni tampoco los muchos indeseables que te encuentras y posiblemente les tienes que aguantar todo lo que te queda de carrera.
Y lo que más faltaba es que cuando acabes, y después de todo el esfuerzo físico, psicológico y económico que supone acabarlo, no habrá trabajo. Habrás tirado 4 años de tu vida (o más, depende de cada caso) a la basura para que luego estés desempleado al igual que lo están las personas que no han estudiado absolutamente nada.
Por todo esto, a mi, personalmente y en este tiempo, no me está gustando la universidad.