5 de mayo de 2015

Prefiero las dos.

Cuando tu mente y tu corazón no se entienden. Cuando una quiere algo y el otro otra cosa.
Cuando no sabes qué será mejor, si hacerle caso al corazón arriesgando todo o ser sensato y pensar las cosas dos veces antes de hacerlas.
Cuando ya no puedes más.
Cuando tu mente hace que te acuerdes de momentos del pasado y los imagine en un futuro.
Cuando tu corazón hace que revivas sentimientos del pasado y desmorone todo tu presente.
Cuando ni uno ni otro tienen salida.
Cuando la pueden tener los dos.
Cuando apuestas por que salga de canto, ni cara ni cruz, ni mente ni corazón.
Cuando decides que por qué no las dos a la vez.
Cuando crees que siempre se puede ser huevo y luego gallina.
Cuando pides e imploras que en ese futuro próximo ya te hayas decantado por una de las dos opciones.